¿Qué es la densidad del Acero y para qué sirve?

La densidad del acero es la medida que ocupa el material en relación a su peso. Su densidad media es de 7850 kg/m³ y cambia en función de los componentes de la aleación. Esto es lo mismo para cualquier elemento, que siempre tendrá la misma densidad independientemente de la cantidad. Para que este dato quede claro, debemos saber que el mismo acero no variará de densidad ya contemos con un kilogramo o con un gramo de este.

densidad del acero

Cabe destacar, por tanto, que cuanta mayor sea la densidad de cualquier objeto, también tendrá más masa. Esto hace que los aceros que tienen una menor densidad sean menos pesados y resistentes, aunque esta norma no siempre se cumple, ya que se deberá tener presente el resto de la composición y propiedades del material.

En el caso del acero, su densidad puede variar cuando su aleación cambie, aunque se trata de un material especialmente resistente al impacto y a la fatiga, sobre todo cuando se lo compara con otros metales.

¿Cómo calcular la densidad del acero?

Para saber como calcular la densidad del acero deberás seguir una fórmula específica que tiene en cuenta tanto el volumen como la masa de dicho acero.

La densidad del acero se calcula con la siguiente fórmula: p=m/V, donde la densidad (p) es igual a la masa (m) dividida entre el volumen (V). Además se mide en kilogramos por metro cúbico (kg/m3). El resultado que consigas será la densidad del mismo, que cuenta con gran importancia para algunos cálculos y para la toma de decisiones.

¿Para qué sirve la densidad del acero y cuál es su importancia?

Al estar la densidad directamente ligada al volumen y a la masa, es necesario tenerla en cuenta a la hora de elegir el tipo de acero que prefieres. No en vano, esta hará variar su utilidad y el método de transporte que tendrás que utilizar para llevarlo. Por tanto, antes de comenzar cualquier proyecto tendrás que conocer la densidad del material para que este pueda adaptarse a las necesidades concretas.

La magnitud del acero puede hacer variar detalles tan importantes como el diseño de ciertas estructuras, la fabricación y la producción de este o su almacenamiento y manipulación. Así, podrás elegir el tipo de acero que se acerque a las necesidades de tu proyecto, tanto si buscas reducir su peso como su quieres que este sea más resistente a la corrosión y, en consecuencia, más denso.

En cualquier caso, conocer la densidad del acero que utilicemos no solo servirá en el presente, ya que ese dato te permitirá observar defectos e irregularidades en la aleación según pase el tiempo. Cuando se midan zonas específicas, se podrán reconocer poros microscópicos o variaciones en el grosor, asegurando así la calidad del material incluso antes de su puesta en servicio.

Tipos de densidades de aceros

La elección del acero sobre otros materiales suele deberse a su alta resistencia a la corrosión, pero también es un material extremadamente denso. Sin embargo, es importante conocer los diferentes tipos de densidad que tiene antes de tomar una decisión. Se pueden diferencias 6 tipos concretos con diferentes características:

  • Acero inoxidable 316, que contiene cromo, níquel y molibdeno, por lo que es especialmente resistente a la corrosión. Cuenta con 8030 kg/m3 y se usa especialmente en entornos marinos o cuando va a estar expuesto a productos químicos, ya que cuenta con elementos especialmente densos como el molibdeno en su aleación.
  • Acero inoxidable dúplex, que con sus 7850 kg/m3 combina estructuras ferríticas y austeníticas. Esto hace que tenga una alta resistencia mecánica y a la corrosión, pero con menor densidad que el anterior al no contar con níquel ni con molibdeno.
  • Acero inoxidable 304, uno de los más comunes y con gran resistencia a la oxidación. Cuenta con 7930 kg/m3 y se combina con cromo y níquel, pero en menor medida que el acero inoxidable 316. Esto hace que tenga una densidad más baja que este, por lo que sus características también varían.
  • Acero al carbono, que cuenta con una de las densidades más bajas de la lista al tener 7840 kg/m3. Esto se debe a que no cuenta con elementos pesados en su aleación, pero no impide que sea conocido por su dureza y resistencia. Su mayor contra es que se oxida más fácilmente que otros tipos.
  • Acero rápido, muy resistente al calor y al desgaste. Cuenta con 7870 kg/m3 y se compone de elementos como el tungsteno, el cobalto, el molibdeno o el vanadio, lo que hace que sea ideal para herramientas de corte. Esto se debe a que mantiene su dureza con temperaturas altas, aunque también hay que considerar que cuenta con mayor densidad por los materiales de su aleación.
  • Acero para herramientas, creado específicamente para situaciones que requieran alta resistencia al desgaste y dureza. Sus 7850 kg/m3 se componen de cromo, molibdeno y vanadio, por lo que cuenta con una densidad similar a la del acero al carbono, pero con mayor resistencia que este. Por tanto, deberá ser el elegido cuando se trate de herramientas que soportarán elevadas presiones.

Tener en cuenta estos datos es vital si queremos que el acero cumpla con las expectativas específicas de cada proyecto, por lo que tendremos que elegir la aleación que mejor se adapte a las características concretas que se buscan en cada elemento.

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