Es normal que una pieza de acero sufra daños y tensiones durante el proceso de temple y revenido. Esto se debe principalmente, a los bruscos cambios de temperatura que sufren los materiales. Para aligerar estas tensiones y estabilizar el acero se introducen los materiales en hornos que los mantienen a una temperatura controlada durante 24 hrs.
El problema se nos presenta cuando aplicamos esfuerzos a las zonas donde han aparecido estas secciones, pues el riesgo de que sufran una fractura es bastante elevado debido a que la estructura del material no ha sido consolidada después de un tratamiento. De ahí que siempre recomendamos a nuestros clientes que, tras un proceso de soldadura o de modificación del material, realicen un estabilizado.
Debido a la estabilización las tensiones surgidas en el material se reducen drásticamente, además de no alterar ni su dureza ni su nucleo estructural. Trabajar con metales que hayan sido estabilizados supone una gran ventaja para el proceso de mecanizado de las piezas, ya que de obviar el proceso manteniendo las tensiones provocará probablemente deformaciones durante el serrado o fresado.
Para que el proceso de estabilización sea efectivo es importante un calentamiento uniforme y paulatino, y cuando se llegue a la temperatura ideal ésta debe mantenerse al menos seis horas. Esta es la mejor forma para cualquier tipo de pieza sin importar el tamaño obtenga el calor necesario para llegar al núcleo.
En Temples Industriales Alcalá disponemos de los medios necesarios para realizar este proceso. Llámanos sin compromiso y te asesoramos sobre ello.